¿Más Vacaciones, Menos Aprendizaje? La Controversia del Calendario Escolar SEP 2025-2026
El anuncio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre la ampliación de las vacaciones de invierno 2025 para el ciclo escolar 2025-2026 ha desatado un debate inevitable. Mientras la medida oficialmente busca el "bienestar emocional, académico y administrativo" de la comunidad escolar, el trasfondo de la decisión y sus implicaciones para el tiempo de instrucción de los alumnos generan serias dudas sobre la priorización de la educación básica en México.
Un Convenio con Impacto Directo en las Aulas
El acuerdo que extiende el periodo vacacional de 21 a 23 días de descanso para los estudiantes de educación básica es resultado de una negociación entre la SEP y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). En esencia, se trata de una concesión para ampliar los días libres del personal docente, lo que, al modificar la organización escolar, impacta directamente en el tiempo que los alumnos pasan en el aula.
Si bien se argumenta que los docentes utilizarán parte de ese periodo (7 al 9 de enero de 2026) en talleres intensivos para fortalecer la organización del segundo bloque del ciclo, la realidad es que el regreso a clases para los alumnos se pospone hasta el lunes 12 de enero de 2026.
- Último día de clases: Viernes 19 de diciembre de 2025
- Regreso a clases: Lunes 12 de enero de 2026
- Días de descanso estudiantil: 23 días
La Pregunta Incómoda: ¿Menos Días Efectivos de Clase?
En un país con rezago educativo, la ampliación de periodos vacacionales, aunque sean solo dos días adicionales, plantea una preocupación fundamental: ¿se está privilegiando la comodidad administrativa y sindical sobre la continuidad y el rigor académico de los alumnos?
La educación básica necesita más tiempo efectivo de instrucción, no menos. Reducir los días de clase o espaciar las pausas puede mermar el ritmo de aprendizaje, dificultar la consolidación de conocimientos y afectar la equidad educativa, especialmente para aquellos estudiantes que dependen de la escuela para un apoyo integral.
- El impacto: Un descanso de casi un mes puede llevar a la temida "pérdida de aprendizaje vacacional", obligando a los maestros a dedicar tiempo valioso a la revisión y el reforzamiento al inicio del nuevo año.
La Disparidad en el Descanso
Otro punto de controversia es la disparidad en los periodos de asueto. Si bien el convenio amplía el descanso del magisterio, el calendario muestra que mientras los estudiantes gozan de 23 días, el personal docente tendrá un descanso efectivo de 18 días, dedicando los días 7, 8 y 9 de enero a la capacitación.
La justificación de los talleres de formación, aunque válida en principio, no disipa la sensación de que el ajuste del calendario está diseñado principalmente para satisfacer una demanda laboral, y no necesariamente para optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños y adolescentes.
Urge una Revisión de Prioridades
La comunidad educativa, incluyendo padres de familia, alumnos y sociedad en general, debe cuestionarse: ¿son estos dos días adicionales de vacaciones la medida más urgente para mejorar la calidad de la educación en México?
Mientras se enfatiza la importancia de los talleres y el bienestar emocional, las prioridades reales deberían enfocarse en:
Asegurar el cumplimiento total del ciclo escolar.
Garantizar la calidad y el aprovechamiento de cada hora de clase.
Proveer los recursos y capacitación necesarios sin sacrificar el tiempo de instrucción.
La SEP y la CNTE tienen la responsabilidad de asegurar que cualquier modificación al calendario escolar esté inequívocamente orientada a beneficiar el desarrollo académico de los alumnos. Cualquier acuerdo que parezca restar tiempo de clase en favor de pausas administrativas o laborales, sin una justificación pedagógica sólida, solo alimenta la percepción de que la educación de los estudiantes es, lamentablemente, un tema secundario.